El equipo de Amber Ruigrok, John Suckling, Simon Baron-Cohen y Meng-Chuan Lai, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, revisó todos los informes sobre estudios de este tema publicados en revistas académicas entre los años 1990 y 2013. El estudio se centró en 126 informes, que ofrecen análisis de cerebros de sujetos desde el nacimiento hasta la edad de 80 años.
Los investigadores han verificado que los hombres, en promedio, tienen volúmenes cerebrales totales más grandes que los de las mujeres (entre un 8 y un 13 por ciento). En promedio, los hombres poseen volúmenes absolutos más grandes que los de las mujeres en el espacio intracraneal (12 por ciento; más de14.000 cerebros); cerebro total (11 por ciento; 2.523 cerebros); telencéfalo (10 por ciento; 1.851 cerebros); materia gris (9 por ciento; 7.934 cerebros); materia blanca (13 por ciento; 7.515 cerebros); regiones llenas de fluido cerebroespinal (11,5 por ciento; 4.484 cerebros); y cerebelo (9 por ciento; 1.842 cerebros).
Al observar con mayor detalle, las diferencias en volumen entre ambos sexos, resultaron estar ubicadas en algunas regiones muy específicas. Entre éstas se encuentran algunas partes del sistema límbico y el sistema que se ocupa del lenguaje.
Esquema general de diferencias por sexo en regiones del cerebro en cuanto a promedios de volumen de materia gris. Las regiones con mayor volumen en las mujeres están en rojo, y las zonas con mayor volumen en los hombres están en azul. (Imagen: Neuroscience and Biobehavioral Reviews)
Por su parte, las mujeres, en promedio, resultaron tener una densidad más alta en el polo frontal izquierdo; y mayores volúmenes en el polo frontal derecho, algunos giros, el área de Brodmann 45 (pars triangularis), el planum temporale / opérculo parietal, el giro cingulado anterior, la corteza insular, el giro de Heschl, en precuneus y tálamos bilaterales, giro parahipocámpico izquierdo, y corteza occipital lateral.
Los resultados señalan un efecto asimétrico del sexo en el desarrollo del cerebro. Tal como advierte Ruigrok, no se puede seguir dejando de lado al sexo en las investigaciones científicas del campo de la neurología, especialmente en los trastornos psiquiátricos, que suelen ser más comunes en uno de los sexos que en el otro, ya que la diferencia sexual en el sistema límbico incluye áreas implicadas a menudo en trastornos psiquiátricos con esa preponderancia de uno de los dos sexos, por ejemplo el autismo, la esquizofrenia o la depresión.