El Síndrome de Alport (SA) es una enfermedad hereditaria que
afecta a las membranas basales, causada por alteraciones en una de sus
proteínas estructurales: el colágeno tipo IV. Se estima que su prevalencia en
la población general es de 1:50.0001. En 1902, L. Guthrie fue uno de los
primeros autores en describir una familia en la que 12 individuos presentaban
hematuria recurrente2. Posteriormente, A.F. Hurst notificó que algunos miembros
de esta misma familia habían desarrollado uremia, pero no fue hasta 1927, que
A. Cecil Alport describió la aparición de sordera asociada a insuficiencia renal
en la familia, en la que los hombres afectados morían con uremia y las mujeres
afectadas vivían hasta edades avanzadas. A partir de este momento, el nombre de
«Síndrome de Alport» se convirtió en sinónimo de nefropatía familiar progresiva
asociada a sordera que es manifestada de forma particularmente severa por los
hombres. Actualmente se conoce que la alteración molecular responsable del SA
son mutaciones en los genes que codifican algunas de las diferentes cadenas del
colágeno tipo IV, de manera que la enfermedad está causada por anomalías en las
membranas basales compuestas por proteínas que codifican estos genes.
PATRONES DE HERENCIA
El SA se transmite mediante tres
patrones de herencia diferentes: la herencia ligada al cromosoma X, la herencia
autosómica recesiva y la herencia autosómica dominante. Todos comparten unas
características clínicas comunes pero la historia familiar varía para cada uno
de ellos.
Síndrome de Alport ligado al cromosoma X:
SALX
El SA se caracteriza por: hematuria,
proteinuria significativa, hipertensión, sordera neurosensorial y progresión
hacia insuficiencia renal crónica terminal (IRCT)4. Estos síntomas son
generales a todas las formas de SA, pero en el caso del SALX se limitan
únicamente a aquellos pacientes que sean hombres, como toda enfermedad ligada
al cromosoma X sólo los hombres la padecen y las mujeres son portadoras. Sin
embargo, las mujeres portadoras de SALX tienen una clínica muy variable (desde
enfermedad asintomática hasta una presentación severa) que se cree debida a
diferentes patrones de inactivación del cromosoma X5.
Síndrome
de Alport autosómico recesivo: SAAR
El SAAR se caracteriza por los
síntomas clásicos de SA, pero éstos están presentes por igual en hombres y en
mujeres. La prevalencia y el patrón clínico en los individuos portadores están
aún por determinar, aunque la hematuria parece ser uno de los síntomas
mayoritarios. El SAAR debe sospecharse cuando un individuo exhibe el cuadro
clínico y patológico de la enfermedad pero carece de antecedentes familiares,
especialmente cuando una mujer posee síntomas indicativos de enfermedad grave como
sordera, insuficiencia renal o proteinuria severa en la juventud. La sospecha
de un patrón de herencia autosómico recesivo debe ser especialmente fuerte
cuando se dé consanguinidad entre los padres.
Síndrome
de Alport dominante: SAAD
Clínicamente es igual al SAAR (es
decir, un SA que se puede presentar tanto en varones como en mujeres) pero con
una herencia autosómica dominante. Además, se postula que en los casos de SAAD la
progresión a IRCT pudiera ser más lenta que en otros tipos de SA6. Para aceptar
este patrón de herencia se exige una transmisión varón-varón de la enfermedad.
BASES MOLECULARES
Se han identificado, hasta el momento, seis cadenas genéticamente
diferentes de colágeno IV, cada una de ellas codificada por un gen: COL4A1- COL4A6.
Estos genes se localizan por parejas en tres cromosomas diferentes: cromosoma
13 (COL4A1-COL4A2), cromosoma 2 (COL4A3-COL4A4) y cromosoma X (COL4A5-COL4A6).
Los 6 genes del colágeno tipo IV se clasifican en dos grupos: los α1-like (al
que pertenecen las cadenas α1, α3 y α5) y los α2-like (al que pertenecen las
cadenas α2, α4 y α6).
Estos genes están dispuestos de
manera que cada gen codificante para una cadena α1-like está emparejado con un
gen codificante para una cadena α2-like, pero se transcriben en direcciones
opuestas de manera que comparten entre ellos las secuencias reguladoras que
modulan su actividad (ver figura 1). El extremo 5’ de cada gen del colágeno IV
codifica para un péptido señal y los 5 últimos exones en el extremo 3’
codifican para el dominio no-colágeno carboxi-terminal (NC1) del producto
proteico.
Este dominio posee 12 residuos de
cisteina completamente conservados en las diferentes cadenas de colágeno IV,
que son las encargadas de establecer los puentes disulfuro entre dominios NC1
para la unión entre cadenas α. Si una mutación sustituye una de estas cisteinas
por otro aminoácido, la formación de la triple hélice quedará afectada7. El
resto de exones intermedios codifican para el dominio colágeno de la proteína
(unos 1.430 residuos) que contiene la secuencia repetitiva Glicina (Gly)-X-Y,
en la que X e Y representan una gran variedad de aminoácidos. El dominio
colágeno está interrumpido, por diferentes secuencias, en unas 25
localizaciones altamente conservadas8. Las mutaciones más comunes en estos
genes son mutaciones de sentido erróneo (missense) en que una glicina del
dominio colágeno es sustituida por otro aminoácido. Al ser la glicina el
aminoácido más pequeño que existe, se cree que es el único que cabe en los
pliegues dentro de la estructura de triple hélice que forman las proteínas del
colágeno tipo IV. Si alguna de estas glicinas es sustituida por un aminoácido
mayor, la triple hélice quedará desestructurada y no podrá formar la matriz
típica de las membranas basales9. Sustituciones de las glicinas del dominio
colágeno son la causa de numerosas enfermedades provocadas por alteraciones de
diferentes tipos de colágeno: I, II, III, IV, IX, X y XI.
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